Mi vecino me domina con una correa para perros y tiene sexo duro a pelo conmigo

Mi vecino, un maestro dominante del BDSM, me lleva en un viaje salvaje. Vendado y azotado como un perro, me domina, follándome a pelo con rudeza. Nuestro encuentro crudo y primario se hace eco de nuestro vecindario pervertido.

Soy un esclavo sumiso de mi vecino, a quien le encanta dominarme con una correa para perros.La emoción de ser conducido en cuatro es embriagante, y la anticipación de lo que viene a continuación me mantiene en la raya.Es un maestro del BDSM, pasándome por varios escenarios que me dejan sin aliento y pidiendo más.Recientemente, se lo ha llevado a atarme, vendarme los ojos, y tener sexo a pelo áspero conmigo en la posición desde atrás.La sensación de sus fuertes manos en mi cuerpo, las embestidas bruscas y los sonidos primarios de nuestra pasión resonando en la casa son suficientes para volverme loca.Su cabello largo roza mi espalda mientras me toma, sus raíces latinas agregando un toque exótico a nuestros encuentros.Con su construcción promedio y tetas pequeñas, él es el dominante perfecto para esta morena sumisa con un marco esbelto y cabello corto. Nuestras sesiones son intensas y nos dejan a ambos gastados, pero siempre anhelamos más.